Mis pasos me llevaron a un barrio del centro, de esos barrios en los que, a mi entender en aquellos momentos, aflora la delincuencia de manos de quienes no tienen ni donde caerse muertos.
Vi, en un parque lleno de pintadas y sucio, grupos de personas con muy malas pintas y por las cuales me guardé bien todas mis pertenencias, ya que creí conveniente tomar dicha medida en lugar tan nefasto.
De repente, un balón de goma me golpeó en los pies, y un niño corrió tras él para darlo alcance. Dicho rapazuelo se paró a mi lado, mirando hacia arriba, con un gran esfuerzo para que su cuello se doblara lo suficiente:
- Hola - Me dijo el niño con una sonrisa en la boca.
- Hola- Respondí yo con una falsa media sonrisa.
-¿Cómo te llamas?
- Me llamo Prejuicio- Respondí, a la espera de que el mocoso abandonara su intento de hacerse mi amigo o, incluso, de robarme la cartera.
- Yo me llamo Esperanza y ahora te la quedas- Me dijo mientras su mano tocó mi brazo.
Yo no le di importancia, pero de repente todo cobró otro sentido.
Ahora el parque no estaba plagado de pintadas, sino de grafitis que anunciaban otro mundo posible; las personas que no tenían buena pinta, resultaron ser bohemios y pensadores que dialogaban sobre la forma de mejorar las cosas.
Estuve encantado con mi nuevo nombre y la nueva dimensión que las cosas habían tomado, pero me quedo una duda:
- Y si yo me llamo Esperanza, ¿tú quién eres ahora, pequeño muchacho?
- Si tú ya eres consciente de tu nuevo nombre, el mío para ti será Futuro.
lunes, 30 de abril de 2012
sábado, 21 de abril de 2012
En mi hambre mando yo
Cercenad mis derechos con la güadaña de mi muerte,
cohartad mi libertad con vuestros dividendos,
arruinad mi futuro con vuestros planes inertes,
quitadme mi alimento con vuestra especulación,
haced que la información recibida merme,
Hacedlo, pero sólo quiero deciros que mi sonrisa,
mi sonrisa y mi hambre se yerguen
y por más que cortéis la flores, seguirán
creciendo
y pronto el beleño blanco será el de vuestra
muerte.
Creo en todo lo que hago, porque lo hago convencido. Para aquellos que creen que la utopía es la alternativa, sólo quiero decir que no lo es: la utopía es la primera opción, y su sistema alternativo, el capitalismo, no funciona, como sí lo hace perseguir los sueños.
Algunos consideran mis palabras propias de un antisistema, pero no nos damos cuenta que quien va en nuestra contra es el propio sistema, y que es él con su agresividad quien nos incita, que es él con sus normas económicas quien nos oprime. No, el sistema capitalista no es la opción, es la utopía de aquellos malvados que nos quisieron someter, pero que no lo conseguirán, porque en nuestra hambre mandamos nosotros.
lunes, 2 de abril de 2012
Sobre Dios
Ya que varios de mis blogueros favoritos han escrito una entrada sobre su punto de vista de este tema, ahora soy yo quien se anima a ello.
Para quien no ve más allá de su nariz, soy ateo; para quien sí lo hace, soy agnóstico. Me explico:
En todas las religiones cercanas a nosotros, se nos presenta a un Dios omnipotente, algo así como un ser humano con superpoderes, que más parece una explicación pueril del inicio del universo, del tipo "Érase una vez..."
Por mi parte, no puedo concebir que una persona vino, que a la vez era Dios y su hijo, cuyo nacimiento fue anunciado a la madre, la cual era virgen; más parece una excusa que María le contó a José por si colaba y no la pillaba poniéndole los cuernos. Así que, con esto, descarto el cristianismo y todas sus sectas, así como el resto de religiones monoteístas que creen más en Superman que en algo sobrenatural.
Las religiones, a lo largo de la historia, han intentado explicar de una manera fantasiosa todo aquello a lo que la ciencia no llegaba, y todas sus premisas han ido evaporándose según se ha ido avanzando en el conocimiento humano. Es cierto que hay muchos sitios donde la ciencia aún no ha llegado, pero todo es cuestión de tiempo.
Esa es la parte en la que soy ateo, es decir, de acuerdo con quien no ve más allá de buscar a un Superman que no aparece, pero en el que tienes que creer.
Pero hay algo en lo que sí creo. Practicando artes marciales, pude escuchar otras teorías sobre lo inexplicable, es decir, sobre las cosas a las que la ciencia no ha llegado, y todas alrededor de la denominada energía qui.
Según esto, todo está rodeado de este tipo de energía, todo es energía qui, pero no todo está en armonía, la cual hemos de buscar. Por esto, quizá no hay una explicación a la empatía que se ve en un funeral, cuando te pones triste, a pesar de no conocer al muerto, debido al dolor general de la sala. Quizá también es por esto que sentimos la presencia de personas en una habitación a pesar de que estas no hacen ruido y estamos completamente a oscuras.
No sé si será real, pero sí que es cierto que en las disciplinas que toman como base la energía qui, las sensaciones son totalmente distintas.
Por ello, mirando más allá, me considero agnóstico, ya que sé que hay cosas a lass que la ciencia quizá nunca llegue y que tienen una explicación. Quizá exista un ente superior, una especie de corazón del universo, pero no por ello sea omnipotente ni haya que crear religiones al respecto, pues puede ser simplemente un motor que de vida al mundo, como decía, creo recordar, Santo Tomás de Aquino, pero que no sea consciente de su función.
No creo que nada de esto se vaya a saber algún día, como también estoy seguro de que las religiones son la mejor manera de oprimir al pueblo, pero también respeto y admiro a quien en los momentos más duros de la vida, es capaz de refugiarse en algo en lo que yo no puedo creer y, por lo tanto, en algo en lo que yo no podré refugiarme.
Para quien no ve más allá de su nariz, soy ateo; para quien sí lo hace, soy agnóstico. Me explico:
En todas las religiones cercanas a nosotros, se nos presenta a un Dios omnipotente, algo así como un ser humano con superpoderes, que más parece una explicación pueril del inicio del universo, del tipo "Érase una vez..."
Por mi parte, no puedo concebir que una persona vino, que a la vez era Dios y su hijo, cuyo nacimiento fue anunciado a la madre, la cual era virgen; más parece una excusa que María le contó a José por si colaba y no la pillaba poniéndole los cuernos. Así que, con esto, descarto el cristianismo y todas sus sectas, así como el resto de religiones monoteístas que creen más en Superman que en algo sobrenatural.
Las religiones, a lo largo de la historia, han intentado explicar de una manera fantasiosa todo aquello a lo que la ciencia no llegaba, y todas sus premisas han ido evaporándose según se ha ido avanzando en el conocimiento humano. Es cierto que hay muchos sitios donde la ciencia aún no ha llegado, pero todo es cuestión de tiempo.
Esa es la parte en la que soy ateo, es decir, de acuerdo con quien no ve más allá de buscar a un Superman que no aparece, pero en el que tienes que creer.
Pero hay algo en lo que sí creo. Practicando artes marciales, pude escuchar otras teorías sobre lo inexplicable, es decir, sobre las cosas a las que la ciencia no ha llegado, y todas alrededor de la denominada energía qui.
Según esto, todo está rodeado de este tipo de energía, todo es energía qui, pero no todo está en armonía, la cual hemos de buscar. Por esto, quizá no hay una explicación a la empatía que se ve en un funeral, cuando te pones triste, a pesar de no conocer al muerto, debido al dolor general de la sala. Quizá también es por esto que sentimos la presencia de personas en una habitación a pesar de que estas no hacen ruido y estamos completamente a oscuras.
No sé si será real, pero sí que es cierto que en las disciplinas que toman como base la energía qui, las sensaciones son totalmente distintas.
Por ello, mirando más allá, me considero agnóstico, ya que sé que hay cosas a lass que la ciencia quizá nunca llegue y que tienen una explicación. Quizá exista un ente superior, una especie de corazón del universo, pero no por ello sea omnipotente ni haya que crear religiones al respecto, pues puede ser simplemente un motor que de vida al mundo, como decía, creo recordar, Santo Tomás de Aquino, pero que no sea consciente de su función.
No creo que nada de esto se vaya a saber algún día, como también estoy seguro de que las religiones son la mejor manera de oprimir al pueblo, pero también respeto y admiro a quien en los momentos más duros de la vida, es capaz de refugiarse en algo en lo que yo no puedo creer y, por lo tanto, en algo en lo que yo no podré refugiarme.
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