miércoles, 2 de mayo de 2012

Abandono

En mi oscura habitación
con un libro en la mano
y la mente en el salón;
con la otra mano en mi pluma,
el papel por lienzo
y en el puño el corazón.

Así escribo estos versos
no sé si de simple adiós,
tal vez de un hasta siempre,
o tal vez no.

La esperanza que siempre, 
siempre me acompañó,
ahora me pesa y me hace inerte
pues en agotamiento mutó.

Quiero creer que es falta de tiempo,
que para nada carencia de valor;
que espero que no sea el talento
el que, jugando en mi contra,
me convierte de la pugna en perdedor.

Pienso seguir mi camino
me lleven donde me lleven mis pasos;
os seguiré llevando como amigos
a sabiendas de mi tránsito errado.

No puedo prometer ni prometo
que mis pasos volverán a la senda
ni que otra vereda será correcta,
aunque sé que nunca seré tan feliz
como lo soy entre libro y libro
aunque toda la vida sea aprendiz,
aunque nunca sea magistral lo que escribo.

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