jueves, 8 de marzo de 2012

La Luna

Luna llena que me mandas
en el lecho de tu sombra
al abandono de mi honra
por manos de cruel dama.

Tú, que el mar embraveces,
que con fuerza y potencia,
que con suavidad y firmeza
causa de sus mareas eres.

Cómo podré resistir
en noche tan visceral
de aquel corazón mi latir,
de este amor su fin
si la razón ha de llamar
y yo todavía no la oí.





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